jueves, 10 de mayo de 2007

LAS INCERTIDUMBRES

EN CASA
27 de marzo



A mediodía del sábado 27 de marzo de 2004, víspera de la partida a Pamplona para nuestra iniciación jacobea, la expectación supera cualquier sentimiento de aventura; tampoco me vence el nerviosismo por las muchas incertidumbres que se suscitan. Me siento a la vez intrigado e inquieto, con la sensación de tener que descubrir cosas indescriptibles. Ya veremos.

Hace más de dos semanas que apenas hemos recabado nuevos datos sobre el Camino de Santiago, ya tenemos suficiente, estoy seguro de que la sobreinformación condicionará la manera de percibir lo que haya de ser percibido.

Hay incógnitas, y la que más preocupa es, a ratos, la resistencia física; en otros ratos, el clima. Toda esta semana ha habido temporal en el tercio norte; mientras esto escribo me siento un poco cobarde, y trato de pensar en cómo se peregrinaba antaño, muy antaño, y al hacerlo me doy cuenta de que quizás los albergues o pensiones y hostales que ahora hay, con todas sus comodidades, no sean ni por asomo lugares tan cálidos como tantos y tantos hospitales, parroquias y refugios de peregrinos que conformaron el Camino de Santiago, hace siglos, cuando lo poco que tenía el peregrino era mucho más que todo aquello de lo que ahora dispone. ¿Será el espíritu que movía aquellas piernas el mismo que moverá las nuestras durante el próximo mes? Ojalá.

Nos sentimos, sin haber preparado aún el petate, más cerca de Santiago de Compostela que de cualquier otro sitio, incluido este, nuestra casa, aun teniendo por delante casi 800 kilómetros que han de ser andados.

No hay comentarios: